Trastornos depresivos

 

 

Los trastornos depresivos se encuentran entre los trastornos más frecuentes por los que las personas solicitan ayuda. Esto nos puede ayudar a hacemos una idea de la gran cantidad de individuos que sufren esta patología, así como de las importantes disfunciones que se derivan de ella.

 

 

Los trastornos del estado de ánimo se relacionan con perturbaciones patológicas de la afectividad. Incluyen todos aquellos trastornos que poseen como característica principal una alteración del humor o del afecto. Esta alteración va acompañada de otros síntomas secundarios en el cambio de humor. Todos provocan una grave alteración del funcionamiento social y laboral de la persona que los presenta.

 

El estado de ánimo deprimido es una de las condiciones psicopatológicas más frecuentes. Sin embargo, el sentirse deprimido no es suficiente para diagnosticar una depresión. Hay que distinguir la depresión como síntoma, presente en la mayor parte de los cuadros psicopatológicos y en otras condiciones médicas, de la depresión como trastorno. Además del estado de ánimo (o humor) hace falta emplear otros criterios, obtener un patrón de síntomas, un trastorno. 

 

 

Tipos de trastornos depresivos

 

 

Actualmente, los trastornos depresivos se dividen en siete tipos diferentes:

 

 

 

¿Cuáles son los síntomas más frecuentes en la depresión?

 

 

Los síntomas de la depresión se pueden ordenar en las siguientes categorías:

 

  • Síntomas emocionales.
    • La tristeza es uno de los síntomas más frecuentes. Se manifiesta en sentimientos de abatimiento e infelicidad. En los casos más graves el paciente niega la pena y dice que es incapaz de sentir nada.
    • Los síntomas de ansiedad, nerviosismo e inquietud
    • Estado de ánimo irritable o bajo
    • Sentimientos de inutilidad, rabia hacia sí mismo y culpabilidad
    • Sentimientos de desesperanza o abandono​

 

  • Síntomas motivacionales.
    • Los pacientes se encuentran en un estado de inhibición: apatía, indiferencia, falta de interés y motivación (abulia), etc.
    • Han dejado de disfrutar de las actividades que antes les eran placenteras, perdiendo el interés por todo. Para ellos, el hacer cosas sencillas, como levantarse de la cama, se convierten en tareas imposibles de realizar.
    • Por ello es frecuente que se  abandonen los estudios, el trabajo, es muy difícil la toma de decisiones, etc. Al ser los niveles de energía tan bajos (catecolaminas y serotonina centrales) el coste por unidad de esfuerzo es tan grande que cuesta mucho realizar cualquier actividad.

 

  • Síntomas cognitivos.
    • La valoración que hace el deprimido de sí mismo y de su entorno es negativa.
    • Hay una pérdida de autoestima y autodesprecio.
    • Están presentes unos claros sesgos cognitivos negativos en la interpretación y valoración afectivos de la realidad y uno mismo, basados en la presencia de esquemas cognitivos (los más relevantes son los autoesquemas, sobre uno mismo) que guían la percepción e interpretación de la realidad en términos negativos.
    • La desesperanza (visión pesimista del futuro) está siempre presente, lo que puede llevar a ideas de suicidio. Paradójicamente, el riesgo mayor de suicidio no sucede durante el momento más grave del episodio depresivo, sino unos ocho o nueve meses después de la remisión de los síntomas.
    • Pensamientos repetitivos de muerte o suicidio

 

  • Síntomas físicos.
    • Fatiga
    • Es muy habituales experimentar insomnio, aunque un pequeño porcentaje presenta hipersomnia.
    • Pérdida de apetito y peso, aunque en algunos pacientes sucede justo al revés, aumentando su apetito y su peso
    • Disminución del deseo sexual y alteración de la respuesta (disfunciones del deseo, disfunciones de la excitación como la disfunción eréctil, anorgasmia en mujeres, etc.).
    • También son muy frecuentes las molestias difusas como dolores de cabeza, estreñimiento, nauseas, etc. 

 

  • Síntomas psicomotores.
    • La depresión se suele acompañar de disminución de la actividad general.
    • Las formas graves suelen acompañarse de retardo psicomotor. Es un enlentecimiento generalizado de las respuestas motoras, el habla, los gestos, etc. En las formas más graves pueden aparecer estados de mutismo o inactividad casi totales llamados “estupor depresivo”, similar al estado catatónico esquizofrénico. También puede aparecer agitación en la que el paciente no puede estarse quieto.

 

  • Funcionamiento interpersonal.
    • Las relaciones interpersonales y sociales están alteradas, generándose normalmente un retraimiento social. La persona tiende a 'encerrarse' en casa y evitar las relaciones sociales.
    • La depresión se asocia a rechazo de los demás en el medio donde se desenvuelve el depresivo y también se asocia a un empeoramiento del comportamiento social.

 

 

Es importante apuntar que en algunas ocasiones los síntomas del estado de ánimo pueden deberse ocasionalmente a causas orgánicas. Esto se puede sospechar por factores como una ausencia de historia familiar, un comienzo súbito, falta de respuesta al tratamiento, un estado de confusión tras la mejora de los síntomas o haber estado expuesto a factores exógenos (es decir, factores orgánicos agudos como drogas, fármacos, enfermedades del SNC, alteraciones metabólicas o endocrinas, infecciones, etc.). Si este es el caso el diagnóstico debe ser de Trastorno del estado de ánimo debido a una enfermedad médica o al uso de sustancias.

 

 

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