Técnicas de relajación

 

 

Las técnicas de relajación son un conjunto de herramientas de intervención en psicología que enseña a controlar el nivel de activación a una persona sin ayuda de recursos externos (como la medicación).

 

Estas técnicas se han mostrado eficaces como estrategia para reducir la activación excesiva o desadaptativa (patológica), produciendo cambios fisiológicos como:

 

  • Disminución de la tensión muscular tónica
  • Disminución de la frecuencia e intensidad del ritmo cardíaco
  • Disminución en la conductancia de la piel
  • Aumento de la vasodilatación arterial con aumento del riego periférico y oxigenación
  • Disminución de la frecuencia respiratoria y aumento en la intensidad y en la regularidad del ritmo inspiratorio – expiratorio
  • Disminución en los niveles de adrenalina y noradrenalina por las glándulas suprarrenales
  • Disminución del consumo de oxígeno y eliminación de dióxido de carbono, así como una reducción en el nivel de ácido láctico en la sangre arterial
  • Cambios generales en el organismo: disminución en el metabolismo basal, de los índices de colesterol y ácidos grasos en plasma, incremento del nivel de leucocitos, incremento en los ritmos alfa y en los ritmos theta cerebrales, etc.
  • Cambios subjetivos: sensaciones de confort y tranquilidad.

 

 

Tipos de técnicas de relajación

 

 

¿Estás buscando una manera de relajarte? Si es así, entonces puede que te interesen los diferentes tipos de técnicas de relajación. Estas técnicas pueden ayudar a aliviar el estrés, la ansiedad y la tensión. La relajación puede ser una herramienta poderosa para mejorar tu salud física y mental. Pero, ¿cuáles son los diferentes tipos de técnicas de relajación disponibles?

 

Existen una gran variedad de técnicas de relajación que pueden ayudar a aliviar el estrés. Unas de las más comunes son la respiración profunda, la meditación, el yoga y la visualización.

 

La respiración profunda es una técnica de relajación muy simple y efectiva. Para practicar esta técnica, comienza por sentarte cómodamente en una silla, con los pies apoyados en el suelo. Luego, inhala profundamente a través de la nariz durante unos cinco segundos, sintiendo cómo el aire llena tus pulmones. Exhala lentamente a través de la boca. Repite este proceso durante al menos cinco minutos.

 

La meditación es otra técnica de relajación eficaz. Esta técnica se lleva a cabo en silencio, permitiendo que la mente se relaje y se concentre en un solo objetivo. Se puede hacer sentado, de pie o incluso acostado. Es una técnica excelente para profundizar en la conciencia y calmar la mente.

 

El yoga también es una excelente técnica de relajación. El yoga combina la respiración con posturas físicas. Estas posturas ayudan a aliviar la tensión acumulada en el cuerpo. El yoga también puede ayudar a mejorar la flexibilidad, la fuerza y el equilibrio.

 

La visualización es la cuarta técnica de relajación eficaz que te expongo aquí. Esta técnica se utiliza para liberar "la mente" de la tensión. Esto se logra a través de la creación de imágenes mentales. Puedes imaginar un lugar tranquilo y relajante, como una playa o un bosque. Mientras visualizas este lugar, respira profundamente para relajarte.

 

Como puedes ver, hay una gran variedad de técnicas de relajación disponibles para ayudarte a aliviar el estrés. Prueba algunas de estas técnicas para encontrar la que más te ayude a relajarte. Una vez que hayas encontrado la técnica adecuada, puedes incorporarla a tu rutina diaria para mejorar tu salud y bienestar.

 

¿Qué aplicaciones clínicas tienen las técnicas de relajación?

 

 

Las técnicas de relajación se basan en generar una respuesta incompatible con los efectos fisiológicos de la ansiedad y la activación mantenida, por lo que se emplea con frecuencia para tratar el estrés y sus negativas consecuencias sobre el organismo, aliviando la hipertensión arterial que genera éste, las cefaleas tensionales, el insomnio, el asma, la inmunodeficiencia o la angustia.

 

Además, estas técnicas se emplean en terapia psicológica para enseñar al paciente otra técnica de afrontamiento, para ayudarle a calmar “la mente” y hacer que el pensamiento sea más claro y más eficaz.

 

Otras aplicaciones para que han resultado útiles las técnicas de relajación ha sido para el tratamiento de los trastornos de ansiedad y la reducción de la ansiedad, el estrés, la dificultad para gestionar y controlar la ira, el autocontrol emocional o la mejora en el afrontamiento de situaciones complejas o crónicas (como en las personas que experimentan dolor crónico)

 

 

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