El contrato en la pareja

 

 

Como veíamos en el artículo La negociación en pareja, negociar implica abordar los problemas procurando establecer un acuerdo, es decir, llegar a un convenio que comprometa a ambos miembros de la pareja para llegar a un pacto. Sin embargo, antes de llegar a establecer un acuerdo y aprender a negociar, la pareja ha de trabajar en terapia acerca de la expresión de sus emociones o el entrenamiento en comunicación, que será vital para el futuro reto de resolver los conflictos.

 

 

¿En qué consiste el contrato?

 

 

El entrenamiento en negociación para ambos miembros comienza por una psicoeducacion acerca de los consensos que supone

 

 

El contrato es una de las herramientas empleadas en el entrenamiento en negociación para tal fin, y será, con frecuencia, usado a lo largo de la vida en común de la pareja. Una de las ventajas del contrato es que recoge los cambios deseados por ambos, dando lugar a que ambos miembros de la pareja se sientan escuchados y atendidos en sus demandas por el otro miembro.

 

 

¿Qué reflejamos en el contrato?

Detalles a tener en cuenta

 

 

Una de las condiciones indispensables de este contrato es que:

 

  • Las cláusulas del mismo no estén sujetas a interpretaciones de los interesados. De esta forma ningún miembro de la pareja podrá utilizarlo como un arma arrojadiza. A mayor ambigüedad, menos posibilidades de que el contrato sea inútil.
    • Esta condición favorece el que la pareja no entré en conflictos de manera constante acerca del tema de conflicto.
  • Otras de las condiciones es que las cláusulas no sean excesivamente rígidas, imposibles de cumplir o vayan en contra del bienestar de uno de los miembros de la pareja.

 

El contrato, como herramienta terapéutica, se ve fortalecido además por una serie de tareas que transcurren cuando la pareja ya domina la realización de este instrumento, aplicando las cláusulas y los cambios propuestos entre sesión y sesión, corrigiendo las dificultades en consulta. 

 

 

 

 

Además, se instruye a la pareja en estilos de interacción y comunicación (agresivo, sumiso, asertivo),  en la identificación y evitación de técnicas de manipulación, en la educación de los derechos personales legítimos y en el entrenamiento en solución de conflictos.

 

Este instrumento, que pertenece al entrenamiento en negociación, tiene por finalidad el que la pareja adquiera conocimientos que tengan un valor reestructurador de sus creencias respecto a lo que significa negociar o acordar, y será la segunda pieza que coloquemos en terapia (tras el entrenamiento en comunicación) para enseñar a la pareja a tolerar sus conflictos y a afrontarlos de una forma sana y satisfactoria.

 

 

El contrato en la pareja
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