Cómo enriquecer tu vida sexual en pareja (II)

 

 

Continuo con esta segunda parte acerca de cómo mejorar o enriquecer nuestra vida sexual en pareja. Si la semana pasada hablaba acerca de no proponernos o fijarnos objetivos no realistas o analizar la relación sexual en base al resultado, esta semana os propongo reflexionar sobre cómo son nuestra relaciones sexuales en pareja, y es que a menudo me encuentro en consulta con frases como: "Creo que nuestra 'pereza' sexual se debe a que lo hemos hecho todo", "En la cama somos A, B y C", "Antes era mucho mejor, lo vivíamos con más pasión", etc.

 

Vamos a analizar esto y voy a proponeros algunas sugerencias...

 

 

Otra sugerencia que puedo haceros es que la relación sexual sea circular y no lineal. Me explico: muchas parejas tienen encuentro sexuales que responden a una determinada secuencia (rígida), es decir, siempre realizan los mismos juegos sexuales. Sin embargo, existen infinidad de posibilidades: hay besos, caricias que regularmente suelen ser las mismas y tienen un recorrido ya conocido, luego, se produce la penetración y es posible que haya orgasmos en ambos miembros de la pareja. 

 

Esta secuencia lineal (que bien puede ser satisfactoria), tiende con el tiempo a convertirse en una rutina o en algo nada sorpresivo o excitante donde no se permite la variación ni se da rienda suelta a la imaginación ni a la fantasía.

 

Es mucho más excitante, sorprendente y motivante una secuencia circular, es decir, que puede empezarse la relación sexual por cualquier punto del camino: besando los genitales, penetración, luego caricias, después besos; o en el sentido inverso: primero besos, penetración, caricias... es decir, que no haya una línea a seguir, sino que puede empezar por cualquier sitio y continuar por cualquier otro lugar del ‘recorrido’. Muchas parejas ven el momento del coito como el final del acto sexual, para otras es muy gratificante que haya penetración y después de un tiempo determinado de coito se interrumpe este y la pareja continúa acariciándose, y luego más tarde si lo desean, reinician el coito. En definitiva, ampliar el camino ya conocido sin meta previamente establecida.

 

 

Observar el orden habitual del encuentro sexual (lo que hacéis) y después probad a cambiar el orden, o incluso a hacerlo en orden aleatorio

 

 

 

Una de las claves fundamentales para entenderte bien con tu pareja a nivel sexual es la comunicación. Una de los problemas en la comunicación respecto a la sexualidad y la intimidad sexual, es la falta de un acuerdo sobre el lenguaje sexual a utilizar por la pareja.
 
El lenguaje sexual generalmente cae dentro de tres categorías:
 
 

Primero, el lenguaje clínico que incluye términos como clítoris, pene, felación, coito, etc. Este lenguaje es con frecuencia inadecuado en la relación de pareja debido a la falta de una calidad emocional en el uso de los mismos, que impide que la pareja pueda transmitir a través de estos términos sus sentimientos y sensaciones. Si un miembro de la pareja le dice al otro “quiero tener un coito contigo” puede perder la profundidad emocional que esa expresión de deseo de intimidad sexual implica, especialmente si el otro ve tales expresiones como frías o distantes.

 

Segundo, el lenguaje de la calle, incluye términos como “follar", "polla", "joderte”. Este lenguaje de la calle es inadecuado para describir toda la amplitud de la expresión sexual, más aún cuando estos términos son con frecuencia utilizados para expresar también hostilidades, para humillar a otra persona, o son parte de los chistes “verdes”. Si un miembro le expresa al otro: “quiero joderte”, quizás falte la conexión emocional de una relación sexual madura. Sin embargo, tal lenguaje puede ser para muchas personas en un momento determinado excitante, mientras que para otro puede ser degradante o humillante.
 
Tercero, el lenguaje coloquial, es el más cercano a la sensibilidad de una amplia gama de personas. Frases como “me gustaría dormir contigo”, o “hacer el amor contigo”, o “estar contigo”, o “acariciarte” son utilizadas frecuentemente. La dificultad de este lenguaje coloquial es que es muy inexacto o ambiguo.

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En la comunicación de la intimidad sexual es esencial expresar lo que uno desea  a nuestra pareja (y lo que no desea), porque nos da sensación de libertad además de estar expresándole al otro que confío en que va a darme lo que necesito en ese momento.

 

Es la única forma adecuada para que el otro conozca lo que realmente me satisface sexualmente y decida si quiere complacerme o no. Es muy excitante para muchas personas el expresar y/o escuchar las sensaciones de placer que el compañero dice durante el encuentro sexual. Pueden decirse frases o cualquier expresión que les haga sentirse cómodos y excitados. Es una forma de compartir la intimidad sexual de una forma abierta y espontánea sin inhibiciones, que pone de manifiesto (si esto ocurre) el alto grado de comunicación en la relación.

 

Si este tipo de comunicación abierta y espontánea no se produce, la pareja no sólo pierde un componente gratificante y excitante durante el acto sexual, y en general en la comunicación de la pareja, sino que puede dar lugar a problemas sexuales.

 

Tened en cuenta que cada persona es una sexualidad, de cada uno depende guiar a su 'compañero' hacia lo que te resulta placentero y excitante, y el otro/a no tiene por qué adivinarlo ni puede hacerlo. En la medida en que te pongas límites a ti mismo/a para expresar lo que quieres, se lo pondrás a tu pareja. EXPRESA LO QUE QUIERES, que para juzgar ya están otras personas...

 

 

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