Trastorno por consumo de estimulantes

 

 

Las drogas estimulantes aceleran el funcionamiento normal de tu cerebro y provocan un estado de activación elevada y cuyas reacciones pueden ir desde un aumento de la actividad general, disminuyendo la necesidad de dormir, hasta un estado de hiperactividad con un estado de ánimo exaltado y eufórico, a veces con pérdida incluso del contacto con la realidad. 


Dentro de este grupo de drogas destacan: los estimulantes mayores, como las anfetaminas, la cocaína o el speed; los estimulantes menores, como la nicotina del tabaco; y, las xantinas, como la cafeína, la teína y la teobromina (esta última se encuentra por ejemplo, en el cacao).


La cocaína y los psicoestimulantes en general actúan directamente sobre el sistema de recompensa, siendo especialmente intenso su efecto sobre las neuronas del ATV y NAc. Su mecanismo de acción principal es la inhibición de la bomba de recaptación de dopamina (con lo que incrementan la cantidad y tiempo de exposición de dicha sustancia).

 

 

 

 

Las personas expuestas a los estimulantes de tipo anfetamínico o a la cocaína pueden desarrollar un trastorno por consumo de estimulantes en una semana, aunque el inicio no siempre es tan rápido. Por lo que todas estas sustancias tienen potencial para generar una adicción en el ser humano, como por ejemplo:

 

 

Sin tener en cuenta la vía de administración, la tolerancia se produce con el uso repetido. Pueden presentarse síntomas de abstinencia, especialmente hipersomnia, aumento del apetito y disforia, los cuales intensifican el deseo de la sustancia o craving. La mayoría de las personas con trastorno por consumo de estimulantes ha experimentado tolerancia o abstinencia.

 

 

Síntomas del trastorno

 

 

Los trastornos por consumo de estimulantes se producen en todos los estratos de la sociedad y son más comunes entre los individuos de 12 a 25 años, comenzando a usar estimulantes para controlar el peso o para mejorar el rendimiento en la escuela, el trabajo, el ocio o los deportes.

 

Los patrones de administración de estimulantes pueden ser episódicos o diarios (o casi a diario). En el consumo episódico los días de consumo tienden a estar separados por 2 o más días sin uso (p. ej., el consumo intenso durante el fin de semana o en uno o más días de la semana). Los "atracones" implican el consumo de altas dosis de forma continuada durante horas o días y se asocian a menudo con la dependencia física. Los atracones suelen terminar sólo cuando los suministros de estimulantes se agotan o sobreviene el agotamiento.

 

Entre los síntomas del trastorno por consumo de estimulantes están:

 

  • Patrón de consumo de sustancias anfetamínicas, cocaína u otros estimulantes que provoca un deterioro o malestar clínicamente significativo y que se manifiesta al menos por dos de los hechos siguientes en un plazo de 12 meses: 
    • Se consume el estimulante con frecuencia en cantidades superiores o durante un tiempo más prolongado del previsto
    • Existe un deseo persistente o esfuerzos fracasados de abandonar o controlar el consumo de estimulantes
    • Se invierte mucho tiempo en las actividades necesarias para conseguir el estimulante, consumirlo o recuperarse de sus efectos 
    • Ansias o un poderoso deseo o necesidad de consumir estimulantes
    • Consumo recurrente de estimulantes que lleva al incumplimiento de los deberes fundamentales en el trabajo, la escuela o el hogar
    • Consumo continuado de estimulantes a pesar de sufrir problemas sociales o interpersonales persistentes o recurrentes, provocados o exacerbados por sus efectos
    • El consumo de estimulantes provoca el abandono o la reducción de importantes actividades sociales, profesionales o de ocio
    • Consumo recurrente de estimulantes en situaciones en las que provocan un riesgo físico
    • Se continúa con el consumo de estimulantes a pesar de saber que se sufre un problema físico o psicológico persistente o recurrente probablemente causado o exacerbado por ellos
    • Tolerancia, definida por alguno de los siguientes hechos: 
      • Una necesidad de consumir cantidades cada vez mayores de estimulantes para conseguir la intoxicación o el efecto deseado
      • Un efecto notablemente reducido tras el consumo continuado de la misma cantidad de un estimulante

 

 

La abstinencia de los estimulantes

 

 

La característica esencial de la abstinencia de estimulantes es la presencia de un síndrome de abstinencia particular que se desarrolla a las pocas horas a varios días después del cese (o la reducción considerable) de un uso de estimulantes (generalmente en dosis elevadas) que ha sido prolongado. 

 

Entre lo síntomas más frecuentes de la abstinencia a los estimulantes tenemos:

 

  • Cese (o reducción) de un consumo prolongado de una sustancia anfetamínica, cocaína u otro estimulante
  • Humor disfórico y dos (o más) de los siguientes cambios fisiológicos, que aparecen en el plazo de unas horas o varios días tras el primer síntoma:
    • Fatiga
    • Sueños vívidos y desagradables
    • Insomnio o hipersomnia
    • Aumento del apetito
    • Retraso psicomotor o agitación
  • ​Los signos o síntomas del segundo criterio / síntoma provocan un malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento 
  • Los signos o síntomas no se pueden atribuir a ninguna otra afección médica y no se explican mejor por otro trastorno mental, incluidas una intoxicación o abstinencia de otra sustancia

 

Con frecuencia se observan síntomas de abstinencia aguda ("bajón" o crash) después de períodos de consumo a dosis altas y repetidas (runs o binges). Estos períodos se caracterizan por sentimientos intensos y desagradables de lasitud y depresión que requieren generalmente algunos días de descanso y recuperación. Pueden aparecer síntomas depresivos con ideas o comportamiento suicidas, que constituyen el problema más grave observado durante el estado de abatimiento o crashing u otras formas de abstinencia de estimulantes.

 

 

La intoxicación por consumo de estimulantes

 

 

La característica esencial de la intoxicación por estimulantes de tipo anfetamínico y la cocaína es la presencia de cambios de comportamiento o psicológicos clínicamente significativos que se desarrollan durante o poco tiempo después del consumo de estimulantes.

 

Las alucinaciones auditivas pueden ser sobresalientes, así como la ideación paranoide, y estos síntomas se deben diferenciar de los de un trastorno psicótico independiente, como la esquizofrenia. La intoxicación por estimulantes generalmente comienza con una sensación de "colocón" e implica uno o más de los siguientes síntomas: euforia con potenciación del vigor, gregarismo, hiperactividad, inquietud, hipervigilancia, sensibilidad interpersonal, locuacidad, ansiedad, tensión, estado de alerta, grandiosidad, comportamiento repetitivo y estereotipado, ira y problemas de juicio, y en el caso de la intoxicación 
crónica, afecto embotado con fatiga o tristeza y retraimiento social. 

 

 

Estos cambios psicológicos y 
comportamentales se acompañan de dos o más de los siguientes signos y síntomas que se desarrollan durante o poco tiempo después del consumo de estimulantes: taquicardia o bradicardia, dilatación pupilar, presión arterial elevada o baja, sudoración o escalofríos, náuseas o vómitos, pérdida de peso evidente, agitación o retraso psicomotor, debilidad muscular, depresión respiratoria, dolor en el pecho o arritmias cardíacas, y confusión, convulsiones, discinesias, distonías o coma.

 

 

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