Cómo utilizar la fantasía para mejorar el deseo sexual

 

 

Muchas personas experimentan a lo largo de su vida cambios sustanciales en su deseo sexual llegando a veces, incluso, a desaparecer o a ser muy reducido, teniendo en común ambos casos un malestar significativo para la persona que lo padece o para su pareja. Nuestra escasa educación sexual ha dejado (entre otros) problemas y mitos en torno a nuestro funcionamiento sexual que nos “pinta” una sexualidad irreal, errónea o idealizada. A consecuencia, acudimos a terapia tratando de buscar una solución, desconociendo por completo que nuestra fantasía puede ser un arma muy valiosa frente al deseo sexual inhibido o hipoactivo.


Si tú o tú pareja tiene problemas de deseo sexual, puede empezar por trabajar sus fantasías sexuales. Existe evidencia científica de que fantasear ayuda a generar mejores relaciones sexuales con nosotros mismos y con nuestra pareja. Antes, veamos qué es fantasear…

 

 

¿Qué es fantasear?

Fantasear es crear una representación mental que evoca algo excitante que vivimos o algo que estimamos nos provoca excitación. Esas “imaginaciones” no tienen por qué incluir solo imágenes, sino que también pueden incluir elementos sensoriales de tacto, olfato, oído, de temperatura, presión…  Y nos permite tener un imaginario erótico rico que puede ser clave para tener una vida sexual satisfactoria, dado que nuestro cerebro es el principal órgano sexual y nos puede servir como un potente recurso erótico como lo puede ser una película erótica o pornográfica o un juguete sexual.

 

Además, fantasear es:

 

  • Algo muy normal y saludable, que a veces hacemos conscientemente, pero que puede sucedernos sin darnos cuenta
  • No es extraño (por lo que no debes preocuparte si te sucede) que te vengan imágenes de contenido erótico y puede ayudarte a descubrir y explorar qué es lo que quieres lograr o qué te excita
  • Recuerda que todo el mundo tiene fantasías, sean éstas eróticas o no (pensar en comida, en las vacaciones). Por lo que es una parte natural de nosotros mismos y no tienes por qué avergonzarte de ello… 
  • Explorar nuestra sexualidad, y, en cierto modo, quiénes somos y qué nos gusta. Así que podemos decir que no hay nada malo en ello y que no debes temer por hacerlo.

 

 

¿Qué no es fantasear?

 

 

Que emplees las fantasías sexuales es algo sanísimo y natural, como hemos dicho, pero es importante señalar qué no es:

 

  • Fantasear con algo no es llevarlo a cabo: por ejemplo, fantasear con la pareja de un amigo/a no es hacerlo ni ser infiel.

 

  • Fantasear algo no significa que lo desees. No siempre nuestro cerebro “nos trae” imágenes que son reflejo de nuestros deseos; por el contrario, a veces incluso nos trae lo que para nosotros es una “línea roja”

 

  • No hay forma correcta o incorrecta de fantasear. Puede que sientas que fantasear lo que acabas de fantasear es algo malo o que son sinónimo de que tienes un problema mental grave o de que eres una persona extraña y rara. En caso de que dudes, puedes plantearte: ¿realmente he hecho algo malo? ¿He hecho daño a alguien? 

 

  • Fantasear no es obsesionarse: si experimentas una sensación de no poder dejar de pensar en la fantasía pide ayuda profesional.

 

 

¿Cómo fantasear?

 

 

Fantasear es algo relativamente sencillo. Vamos a describirlo en 9 pasos:

 

 

  • Busca un lugar tranquilo, cómodo, donde garantizarte una intimidad y nadie te moleste. Cierra los ojos y comienza a respirar lenta y pausadamente, siendo consciente de todo tu cuerpo. Pon las luces a tu gusto (si es posible) y, si lo prefieres, puedes poner algo de música relajante.

 

  • Intenta recordar cuándo fue la vez que más te excitaste. Rememora esos instantes: ¿Qué hacías? ¿Qué te excitaba más? ¿Puedes imaginarte la misma situación con otra persona o con tu pareja?

 

  • Imagina distintos escenarios: en la playa o en una cala, en una piscina, en el coche, en una cabaña, en los servicios de un centro comercial, en una lujosa habitación de hotel o en un jacuzzi, una oficina… ¿Dónde te gustaría que tuviera lugar el encuentro?

 

  • Piensa en aquellas situaciones pasadas que fueron excitantes y expláyate en ellas. Recréalas con detalle…

 

  • Una vez que sabe lo que te excita y donde lo harías, agrega a la persona con la que deseas fantasear. Recrea cada escena como si de una película se tratase y párate en cada secuencia que más te excite.

 

  • Fantasea con todas las cosas que te gustaría hacer con esa persona y recuerda que tu mandas y decides qué sucede. 

 

  • Utiliza tus sentidos y tu imaginación con cada sentido: imagina cómo es la voz de esa persona, cómo huele, cómo sientes su piel, cómo rozas con tu cuerpo el suyo, cómo sentirías que te toque a ti o que acaricie ciertas zonas de tu cuerpo.

 

  • Déjate llevar y abandónate a las sensaciones y, si quieres, puedes acabar con un “final feliz”…

 

  • Prueba todo este proceso diariamente y lleva un diario de tus fantasías y observa qué le sucede a tu deseo sexual.

 

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