Ludopatía y círculos familiares

 

 

Desde que comienza con la unión de dos personas, de la que nacen hijos o no, la familia puede ser definida como un grupo natural, formado por personas de diferentes edades que se relacionan entre sí, con comunicaciones entrelazadas en las que todos los miembros se influyen mutuamente e influyen en ese sistema social llamado familia, al mismo tiempo que todos se ven afectados por ese sistema que han formado. Esa influencia, pues, es mutua, intensa, a veces oculta, y las comunicaciones son permanentes y continuas, aunque quieran evitarse y no consistan en palabras. 


Obviamente la familia no es el único contexto en el que se desarrolla el jugador y en el que dejará huella la ludopatía; el ámbito laboral, la sociedad o la cultura particular son otros contextos importantes. Sin embargo, no podemos olvidar que la familia es la matriz en la que el individuo se desarrolla como ser humano y en la que la persona se expone a las experiencias vitales más importantes y significativas. Por todo ello es importante exponer los factores familiares que guardan relación con la adicción al juego, ya sean predisponentes, desencadenantes o mantenedores de la conducta de juego. 

 

 

Acerca de la persona con ludopatía

 

 

Cuando nos referimos a la ludopatía tomamos en consideración juegos diferentes en la medida en que la introducción del dinero es un factor muy importante que cambia el significado de la actividad lúdica y de entretenimiento.  


Un alto porcentaje de jugadores tiene antecedentes familiares de ludopatía u otra conducta adictiva como el alcoholismo. A partir de este dato se ha planteado la posibilidad de que exista una predisposición genética a determinadas adicciones. Sin embargo, aún no existen datos que permitan establecer la mayor o menor veracidad de tal hipótesis. 


Cuando una familia ‘convive’ con la ludopatía durante muchos años, sus miembros parecen ‘aprender’ determinadas pautas  de relación que son internalizadas y trasladadas progresivamente a las generaciones posteriores convertidas en normas, creencias, premisas o mitos familiares. 

 

 

En muchas familias de jugadores

Los juegos de azar no sólo no han sido mal vistos, sino que han sido positivamente aceptados por los padres u otros adultos significativos como una forma rápida y fácil de ganar dinero y como un entretenimiento familiar

 

 

Entre los factores familiares que parecen predisponer al juego se encuentran:

  • Una disciplina familiar inadecuada, inconsistente o excesivamente permisiva
  • La exposición al juego durante la adolescencia.
  • La ruptura del hogar
  • Unos valores familiares basados en símbolos materiales y financieros.
  • La falta de planificación y el despilfarro económico familiar.
  • Antecedentes familiares de alcoholismo u otras dependencias.
  • También parece ser predisponente el tener padres con personalidad inestable, muy competitivos y enérgicos. Sin embargo, existen ocasiones en que los vínculos familiares pueden frenar el desarrollo del juego patológico.

 

En muchas familias de jugadores, los juegos de azar no sólo no han sido mal vistos, sino que han sido positivamente aceptados por los padres u otros adultos significativos como una forma rápida y fácil de ganar dinero y como un entretenimiento familiar. Como muestran alguno estudios, lo primero contactos con el juego de azar y el dinero se producen durante la adolescencia a través de los padres, y en el peor de los casos alguno o ambos padres son jugadores, con lo que ofrece a los hijo un modelo de comportamiento adulto que tolera la falta de control sobre el juego y todo lo que implica dicha conducta, como las mentiras, la negligencia con los hijos y el trabajo, etc. 

 

En definitiva, en las familias de origen de los jugadores se han encontrado sucesos vitales, como separaciones, infidelidades, muerte prematura de alguno de los padres o un adulto significativo y vivencias de importancia relacionadas con la presencia del juego en la infancia, que podrían explicar (aunque no de manera exclusiva) las estructuras relacionales que aparecen posteriormente en las familias creadas. 

 

 

Otros factores a tener en cuenta

 

 

Por otro lado tendríamos ciertos factores familiares desencadenantes del juego. El desarrollo de la ludopatía exige habitualmente un largo período de tiempo, por lo que es difícil establecer lo factores que pueden desencadenar la pérdida de control con respecto al juego.

 

Tal como señalaba la APA (Asociación Americana de Psiquiatría), la búsqueda del juego puede estar relacionada con un intento por escapar de los problemas o aliviar ciertos sentimientos de desesperanza, culpa o ansiedad. En un primer momento, el contacto con el juego aporta una serie de sensaciones estimulantes y atractivas no sólo durante el juego, sino también posteriormente a través de las fantasías y pensamientos sobre el éxito que tiene el jugador en las primeras fases de aprendizaje.

 

El jugador jugaría, por decirlo de alguna manera, no sólo durante la sesión de juego, sino también entre las sesiones, estableciendo combinaciones, fórmulas, estrategias y modos de perpetuar las rachas positivas. Es en este punto donde una persona vulnerable puede entrar en una peligrosa espiral.

 

 

 

            

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