Vaginismo

 

 

El vaginismo es un trastorno o disfunción sexual del dolor que se define como una dificultad, persistente o recurrente, de la mujer para permitir la entrada vaginal del pene, de un dedo y/o de cualquier objeto a pesar de su deseo expreso de hacerlo. Con frecuencia va acompañado de evitación (por miedo), contracción involuntaria del músculo pélvico y anticipación de la experiencia del dolor.


El vaginismo, a diferencia de la dispareunia, suele impedir la entrada completa del pene en la vagina. Es tal la tensión que se produce en los genitales, que la paciente suele decir que siente como si se le “cerrara” literalmente la vagina. Describen esa tensión como un “tope”.


Para las mujeres que sufren de vaginismo también resulta muy difícil permitir la exploración ginecológica. De hecho, muchas pacientes no realizan dicha revisión por temor a que le hagan daño. Asimismo, la inserción de un tampón es una tarea imposible para muchas de ellas.

 

 

El miedo a la exploración ginecológica

 

 

El miedo a la exploración ginecológica presenta los mismos patrones de respuesta que el vaginismo: tensión muscular, cerrar las piernas, sudor, incluso temblor. La mujer dirige toda su atención hacia el dolor; se halla muy pendiente de lo que sucede a su alrededor. Asimismo, le invaden pensamientos negativos como “me va a hacer daño”, “me va a doler cuando me meta el aparato”. Finalmente, la situación se torna insoportable para la paciente e impide la exploración dando incluso ‘patadas’ para impedirlo. Esta situación contribuye a que el problema de vaginismo se refuerce y mantenga cada vez que la mujer asista a la/el ginecólogo/a y esta intente hacerle una exploración.

 

 

Subtipos de vaginismo

 

 

Podemos diferenciar catro subtipos de vaginismo:

 

  • Vaginismo primario global: se produce cuando la respuesta de contracción ha impedido la penetración desde siempre. La persona nunca ha podido tener una penetración, ya sea en el coito o de cualquier objeto y en ninguna situación.
  • Vaginismo primario selectivo: se produce cuando la respuesta de vaginismo se produce solo ante una situación. Puede ser habitual que la contracción de los músculos se presente sólo ante el coito, pero no en la utilización de un tampón o en la masturbación con penetración vaginal de los dedos.
  • Vaginismo secundario global: se produce cuando la respuesta de vaginismo aparece después de un tiempo en que la persona sí podía tener penetración, y, a partir de un determinado suceso se generaliza y se presenta en todas las circunstancias. Muy claramente puede aparecer después de vivencias traumáticas relacionadas con el coito, abusos, violaciones, maltrato, etc., pero igualmente podría desencadenarse por problemas afectivos de pareja, miedo al embarazo o incluso miedo a una ETS. 
  • Vaginismo secundario selectivo: se produce cuando la respuesta de contracción se da solo en situación determinadas productoras de miedo y no en otras.    

 

 

¿Por qué se produce el vaginismo?

 

 

Son múltiples las causas que pueden producir insatisfacción o malestar sexual en la mujer, es decir, no hay una única causa que lo determine. Si bien las causas psicológicas y socioculturales son las que básicamente originan el problema, hemos de tener en cuenta también las orgánicas o físicas que pueden desencadenar o mantener el problema.

 

 

 

 

Causas orgánicas

 

De entre todos los factores que influyen en la génesis y mantenimiento del vaginismo, comenzaremos por las causas orgánicas. Estas causas son aquellas que, por lesión o malformación, impiden la penetración. Algunas causas que pueden producir dolor en la penetración pueden ser: 

 

  • Problemas clitorideos como irritación del clítoris por dermatosis químicas, jabones irritantes y adherencias clitorídeas por intervenciones quirúrgicas
  • Himen imperforado o rígido
  • Vulvitis generalizada por herpes, moniliasis y tricomoniasis
  • Vulvovaginitis
  • Afecciones dermatológicas en los genitales
  • Inflamación de las glándulas de Bartolino o de Skene
  • Lubricación insuficiente por estado de deficiencia estrogénica, esclerosis múltiple, brevedad en el juego sexual, fármacos antihistaminicos
  • Traumas quirúrgicos como episiotomias mal cicatrizadas o desgarro perineal
  • Uretritis y cistitis
  • Inflamación de la pelvis (suele hacerse intolerable la penetración profunda)
  • Endometriosis (muy dolorosa la penetración profunda)

 

 

 

Causas psicosociales

 

El segundo grupo de factores implicados en el vaginismo son los factores o causas psicosociales

 

Este grupo, a su vez, lo podemos dividir en dos factores: los factores de ansiedad implicados en la disfunción y las experiencias de dolor anteriores.

 

 

La causa más común que provoca una respuesta de vaginismo es el miedo al dolor, asociado a la penetración durante el coito o de cualquier objeto en la vagina. Este miedo puede estar provocado solo con que la persona piense en el dolor de otras experiencias, pero también sin que se haya experimentado o sentido nunca un dolor real.

 

Otra causa psicosocial implicada en el vaginismo es la desinformación o información errónea sobre la anatomía y fisiología genital femenina que normalmente tiene la mujer con vaginismo. Esto puede generar en algunas mujeres la idea de que “su vagina es un agujero muy pequeño” que genera el problema. Tienen muy presente la idea de que la primera vez duele y que es casi insoportable y que incluso se sangra mucho (lo han leído o alguien se lo ha contado), interpretando que este sangrado es debido a las heridas producidas por el coito. El desconocimiento absoluto de la anatomía genital hace que las mujeres consideren al pene o cualquier otro objeto extremadamente grande para poder introducirlo en la vagina sin dolor.  

 

 

Como el miedo al dolor produce la contracción de los músculos que rodean la vagina, si en estas circunstancias se intenta la penetración el resultado será un dolor real producido por esos intentos de penetración con el músculo contraído. Por esta experiencia se refuerza la idea primera de que la penetración duele y el pene no puede entrar en la vagina “porque es muy grande y la vagina muy pequeña”, reforzándose el miedo al dolor y la respuesta de evitación. 

 


Otras ideas unidas al dolor son el embarazo y el parto. El embarazo vivido como una enfermedad y el miedo al dolor del parto son productores de miedo y, por consiguiente, pueden provocar la contractura de los músculos vaginales de la misma forma que el miedo a la penetración. Estas ideas de pensar que el parto es algo insufrible o insoportable o la idea del embarazo como una enfermedad son casi siempre formadas por terceras personas (padres, familiares, películas, etc.).

 

Otro motivo que aparece habitualmente en el vaginismo son las experiencias sexuales negativas que ha vivido la mujer. Vivencias como el abuso sexual, la violación, experiencias negativas en la infancia o en las primeras relaciones sexuales y la exploración ginecológica dolorosa tienen importantes consecuencias en la vida sexual de muchas mujeres. Puede ser el origen de dificultades sexuales como el vaginismo y la dispareunia. Estas experiencias negativas pueden condicionar además la respuesta orgásmica y alterar el deseo sexual.

 

 

Tratamiento del vaginismo

 

 

El tratamiento va dirigido a modificar las causas que producen la contracción involuntaria por medio de un trabajo sistemático de la propia paciente, más la información pertinente en la consulta necesaria para desterrar los miedos y la ansiedad debidos a la falta o error en la información.

 

Entre las técnicas utilizadas para tal fin se encuentran:

 

  • Ejercicios de Kegel (contracción y relajación del músculo pubococcigeo - PC) 
  • Aproximacion visual y táctil genital (con la finalidad de que la mujer conozca su anatomía y se autodescubra, y así poder comenzar a identificar puntos erógenos)
  • Pentración progresiva de los dedos (uno, dos...) y utilización de objetos dilatadores de diferentes tamaños de manera paulatina, mientras se relaja el músculo pubococcigeo (PC).
  • Coito sin movimiento (sin dolor) con relajación del PC.
  • Coito con movimiento (sin dolor) con relajación del PC.

  • Erotización del coito.

 

 

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