Los trastornos disruptivos, del control de los impulsos y de la conducta incluyen afecciones que se manifiestan con problemas en el autocontrol del comportamiento y las emociones.
Se traducen en conductas que violan los derechos de los demás (p. ej., agresión, destrucción de la propiedad) o llevan al individuo a conflictos importantes frente a las normas de la
sociedad o las figuras de autoridad.
Actualmente, el DSM-V considera que estos trastornos se subdividen en:
- Trastorno negativista desafiante: caracterizado por un patrón frecuente y persistente de enfado/irritabilidad y discusiones/actitudes desafiantes o vengativas.
- Trastorno explosivo intermitente: caracterizado por episodios intermitentes de impulsos agresivos o «ataques» de ira incontrolables que pueden dirigirse a personas u
objetos.
- Trastorno de conducta (o trastorno disocial): caracterizado por problemas graves de comportamiento desde una edad temprana que chocan frontalmente con las normas
sociales.
- Trastorno de la personalidad antisocial
- Piromanía: caracterizado por un comportamiento reiterado de actos o intentos de prender fuego a propiedades u objetos sin motivo aparente, junto con una insistencia sobre
temas relacionados con el fuego y la combustión.
- Cleptomanía: caracterizado por la manifestación de impulsos incontrolables que empuja a alguien a apropiarse de objetos ajenos e innecesarios para su uso personal o por su
valor económico.
- Y otros trastornos disruptivos, del control de los impulsos y de la conducta especificado y no especificado.
Estos trastornos se dan más en el sexo masculino que en el femenino, aunque el grado relativo de predominancia del sexo masculino puede diferir entre los trastornos y según la edad, dentro del
mismo trastorno.