Las personas que padecen el trastorno de hipersomnia se duermen rápidamente y tienen una buena eficiencia del sueño, sin embargo, suelen tener dificultad para despertarse por la mañana y a veces parecen confundidos, combativos o atáxicos. La necesidad persistente de dormir puede llevar a una conducta automática (normalmente de un tipo muy rutinario, de baja complejidad) que el sujeto realiza con poco o ningún recuerdo posterior, como por ejemplo conducir.
Los sujetos con hipersomnia se echan siestas diurnas casi cada día a pesar de la duración del sueño nocturno. Normalmente sienten una somnolencia que se desarrolla a lo largo de un período de tiempo más que como un "ataque" repentino de sueño. Los episodios de sueño involuntario suceden típicamente en situaciones de baja estimulación y de baja actividad (p. ej., durante conferencias, leyendo, al ver la televisión o al tener que conducir largas distancias), pero en los casos más graves pueden manifestarse en situaciones que requieren una gran atención, como en el trabajo, en las reuniones o en los encuentros sociales.
Esta alteración prolongada de la alerta en la transición sueño-vigilia a veces se denomina inercia del sueño (es decir, borrachera de sueño) y se caracteriza por:
El trastorno de hipersomnia se caracteriza por la presencia de un patrón de sueño excesivo, que presenta los siguientes síntomas:
Además, podemos categorizar el trastorno de hipersomnia en función de su severidad en tres niveles:
La hipersomnia puede producirse por múltiples trastorno o enfermedades o por la ingesta de algunos fármacos. Lógicamente, cuando la causa de la hipersomnia es el consumo de estos fármacos el primer paso es eliminarlos o reducirlos para descartar causas y confirmar la hipótesis.
Sin embargo, ciertas enfermedades neurológicas o del ritmo del sueño-vigilia pueden estar detrás de este trastorno. La cantidad de trastornos o enfermedades que generan hipersomnia es amplísima, yendo desde enfermedades endocrinas, renales o encefalopatías, insuficiencias respiratorias hasta cuadros infecciosos. Además, puede presentarse este trastorno a consecuencia de algunos trastornos psicológicos, como por ejemplo el trastorno depresivo.
La hipersomnia se puede asociar a los trastornos depresivos, los trastornos bipolares (durante un episodio depresivo) y el trastorno depresivo mayor. Los sujetos con trastorno de hipersomnia también tienen riesgo de presentar un trastorno por consumo de sustancias, en particular el relacionado con la automedicación con estimulantes. Esta falta general de especificidad puede dar lugar a perfiles muy heterogéneos entre las personas cuyos síntomas cumplen los mismos criterios diagnósticos que el trastorno de hipersomnia.
Los trastornos neurodegenerativos, como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson y la atrofia multisistémica, pueden asociarse a hipersomnia.
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