El trastorno de atracones o por atracón se caracteriza por la presencia de episodios recurrentes de atracones que se producen, de promedio, al menos una vez a la semana durante tres meses. Un "episodio de atracón" se define como la ingesta en un período inferior a dos horas de una cantidad de alimentos que es claramente superior a la que la mayoría de las personas ingeriría en un período similar y en circunstancias parecidas. Un único episodio de atracón no necesita limitarse a un único entorno. Por ejemplo, un individuo puede empezar un atracón en un restaurante para después continuar comiendo al llegar a casa.
Picar comida continuamente en pequeñas cantidades durante el día no se consideraría un atracón.
El trastorno de atracones se produce normalmente en personas de peso normal/sobrepeso y en personas obesas. Se ha asociado con frecuencia al sobrepeso y a la obesidad en los individuos que buscan tratamiento. Sin embargo, el trastorno de atracones es distinto de la obesidad. La mayoría de las personas obesas no tiene atracones recurrentes.
El trastorno de atracones o por atracones se caracetriza por la presencia de los siguientes síntomas:
La gravedad del trastorno se categoriza en cuatro niveles:
La existencia del consumo excesivo de alimentos debe acompañarse de una sensación de falta de control para considerarlo un episodio de atracón.
Un indicador de la pérdida de control es la incapacidad para contenerse y no comer, o para parar de comer una vez que se ha empezado. El deterioro del control que se
relaciona con los atracones puede no ser absoluto; por ejemplo,
un individuo puede continuar atracándose mientras suena el teléfono, pero puede parar si un compañero de habitación o su cónyuge entra de forma inesperada en la estancia.
Algunos individuos explican que sus episodios de atracones ya no se caracterizan por una sensación intensa de pérdida de control, sino más bien por un patrón generalizado de ingestión incontrolada. Si los individuos refieren que han dejado de esforzarse por controlar su ingesta, se debería considerar que existe pérdida de control. En algunos casos, los atracones también se pueden planificar.
La pérdida de control de la ingesta o los atracones episódicos pueden representar, en algunos individuos, la fase prodrómica de un trastorno de la conducta alimentaria.
Muchos individuos con trastorno de atracones hacen régimen después de desarrollar los atracones (esto contrasta con la bulimia nerviosa, en la que el cumplimiento de un régimen
disfuncional
generalmente precede el inicio del atracón). El trastorno de atracones empieza típicamente en la adolescencia o en la edad adulta temprana, aunque también puede empezar a una
edad adulta más tardía. Los individuos con trastorno de atracones que buscan tratamiento tienen, por lo general, mayor edad que las personas con bulimia nerviosa o anorexia nerviosa que
buscan tratamiento.
El trastorno de atracones o por atracones se debe diferenciar, por su sintomatología, de los siguientes trastornos:
Los trastornos comórbidos más frecuentes son los trastornos bipolares, los trastornos depresivos, los trastornos de ansiedad y, en menor grado, los trastornos por consumo de sustancias. La comorbilidad psiquiátrica está relacionada con la gravedad de los atracones y no con el grado de obesidad.
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