Bulimia nerviosa

 

 

La bulimia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria consistente en la presencia de episodios en que la persona ingiere grandes cantidades de comida en un periodo corto de tiempo, experimentando una sensación de falta de control sobre la ingesta que van acompañados de intensos sentimientos de culpa, y que a su vez, son manejados a través de conductas purgativas (vómitos autoinducidos, uso de laxantes, etc.) o compensatorias (restricción alimentaria o ejercicio físico) para mitigar los efectos del atracón. Además, es frecuente que al igual que anorexia nerviosa, la persona muestre una gran preocupación por su peso y silueta.

 

El perfil típico de la paciente bulímica es el de una mujer joven (la edad de aparición se sitúa entre los 16 y los 23 años), con un peso y tamaño dentro de la normalidad, que presenta atracones (consumir gran cantidad de alimentos de forma compulsiva y en poco tiempo) seguidos de vómitos, con abuso de laxantes,
diuréticos y práctica excesiva.

 

 

 

 

Dentro de la bulimia nerviosa encontramos dos subtipos:

 

  • La bulimia nerviosa de tipo purgativo: en este subtipo es frecuente que la persona se fuerce el vómito o emplee laxantes y diuréticos para compensar el atracón
  • Y la de tipo no purgativo: en este subtipo se emplean conductas compensatorias inapropiadas como el ejercicio físico intenso o el ayuno excesivo.

 

 

Síntomas de la bulimia

 

 

La bulimia nerviosa presenta una serie de síntomas o criterios diagnósticos que se enumeran a continuación:

 

  1. Episodios recurrentes de atracones. Un episodio de atracón se caracteriza por los dos hechos siguientes:
    1. Ingestión, en un período determinado (p. ej., dentro de un período cualquiera de dos horas), de una cantidad de alimentos que es claramente superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un período similar en circunstancias parecidas. 
    2. Sensación de falta de control sobre lo que se ingiere durante el episodio (p. ej., sensación de que no se puede dejar de comer o controlar lo que se ingiere o la cantidad de lo que se ingiere).
  2. Comportamientos compensatorios inapropiados recurrentes para evitar el aumento de peso, como el vómito autoprovocado, el uso incorrecto de laxantes, diuréticos u otros medicamentos, el ayuno o el ejercicio excesivo.
  3. Los atracones y los comportamientos compensatorios inapropiados se producen, de promedio, al menos una vez a la semana durante tres meses
  4. La autoevaluación se ve indebidamente influida por la constitución y el peso corporal. 
  5. La alteración no se produce exclusivamente durante los episodios de anorexia nerviosa.

 

 

 

 

Además, la desnutrición en la bulimia puede provocar los siguientes síntomas físicos:

 

  • Hipotermia: bajada de la temperatura corporal, suelen ser personas que tienen mucho frío y que van con un exceso de ropa para la temperatura real que existe, ya que tienen un descenso en la temperatura corporal, debido a la restricción alimentaria.
  • Bradicardia: hay un enlentecimiento del ritmo cardiaco.
  • Hipotensión: la tensión arterial en estos enfermos es baja, y se pueden producir vértigos y desvanecimientos.
  • Anemia: es la disminución de la concentración de hemoglobina en la sangre; esto produce cansancio y alteraciones menstruales.
  • Osteoporosis: es una disminución de la masa ósea ocasionando una mayor susceptibilidad para las fracturas.
  • Amenorrea: ausencia de la menstruación durante un periodo de tiempo prolongado.
  • Caída del cabello.
  • Lanugo: es un vello (similar al de los recién nacidos) que sale por todo el cuerpo, (cara, brazos, piernas...).
  • Sequedad de piel.
  • Uñas rotas.
  • Estreñimiento: la evacuación intestinal es muy infrecuente o existe una dificultad para la expulsión de las heces.
  • Hinchazón del vientre.

 

Es frecuente observar a las personas con bulimia algunos síntomas comportamentales como:

 

  • Los vómitos autoprovocados
  • La evitación de comidas sociales
  • La evitación de comidas familiares y de la propia familia
  • La disminución del rendimiento escolar y laboral
  • El consumo de alcohol y de drogas
  • Una disminución de las horas de sueño o el almacenamiento de comida.

 

Y, en tercer lugar, podemos considerar los síntomas psicológicos y emocionales. Estos son:

 

  • El terror a subir de peso o el deseo compulsivo de perderlo
  • La baja autoestima
  • El ánimo depresivo con ideación suicida
  • La dificultad para concentrarse
  • La irritabilidad y los cambios de humor.

 

 

¿Qué causa la bulimia?

 

 

Hay una gran variedad de factores que influyen en la aparición y mantenimiento de la bulimia. Aquí los vamos a clasificar en tres cojuntos: factores predisponentes (aquellos que predisponen al trastorno), factores precipitantes (aquellos que empujan hacia la aparición del problema) y factores de mantenimiento (aquellos que mantienen el trastorno en el tiempo).

 

  • Los factores predisponentes son aquellos que favorecen el desarrollo en una patología en un individuo. Destacan para la bulimia los siguientes:
    • Desequilibrio en funcionamiento de áreas cerebrales por dietas
    • Problemas para discriminar sensaciones de hambre-saciedad
    • La obesidad o el sobrepeso
    • La edad y el sexo femenino
    • La baja autoestima
    • Son personas muy necesitadas de aprobación externa, hacen lo que se espera de ellas, y al estar tan pendientes de lo que se espera de
      ellas, no saben muy bien lo que ellas necesitan o sienten
    • La marcada tendencia al perfeccionismo y al autocontrol es otro de los factores individuales y personales que facilitan la aparición del trastorno
    • El miedo a la madurez y a ser autónomos
    • A nivel familiar: malos hábitos alimentarios, preocupación excesiva de los padres por la figura, las dietas bajas en calorías y la imagen, antecedentes familiares de trastornos alimentarios,
      de trastornos afectivos, de abuso de alcohol y drogas, la sobreprotección parental y el distanciamiento emocional entre padres e hijos.
    • A nivel sociocultural: ideales de delgadez y prejuicios contra la obesidad, el éxito social va asociado a una imagen de delgadez...
  • Los factores precipitantes son aquellos factores que desencadenan la aparición de este tipo de trastornos, dentro de un contexto vulnerable. Estos son:
    • Cambios físicos interpretados como gordura
    • Críticas físicas, burlas, humillaciones
    • La presencia de dietas
    • Los eventos estresantes (a nivel relacional, interpersonal, etc.)
    • Cambios que requieren una adaptación y una mayor madurez (universidad, pareja, empezar a trabajar, vivir sin los padres)
  • Los factores mantenedores son aquellos factores que mantienen el trastorno una vez que éste ya ha sido desarrollado. Estos son:
    • La negación de la enfermedad por parte de las personas que lo sufren mantiene este problema, ya que no suelen seguir las recomendaciones de los profesionales, si es que consienten que les atienda alguno.
    • El hecho de hacer dietas muy estrictas aumenta el riesgo de que aparezcan atracones, ya que el mantener una restricción alimentaria tan estricta aumenta el deseo por consumir esos alimentos prohibidos
    • El refuerzo positivo que obtiene la persona por las dietas, ya que
      normalmente los demás suelen decir lo guapa/o que está (ahora que está más delgada) y la fuerza de voluntad que tiene por poder llevar a cabo esa dieta
    • Los conflictos intrafamiliares, la inconsistencia en las decisiones de los padres, que la familia minimice el trastorno o niegue la enfermedad.

 

 

Diagnóstico diferencial

 

 

El diagnóstico diferencial de la bulimia nerviosa debe descartar otros cuadros y trastornos que presentan una sintomatología parecida, como por ejemplo:

 

 

 

Comorbilidad de la bulimia

 

 

La comorbilidad con los trastornos mentales es frecuente en los individuos con bulimia nerviosa, la mayoría de los cuales experimenta, al menos, otro trastorno mental, mientras que otros padecen varias afecciones comórbidas. La comorbilidad no se limita a un subconjunto en particular, sino que se produce dentro de un amplio espectro de trastornos mentales. Existe un aumento en 
la frecuencia de síntomas depresivos (p. ej., baja autoestima) y trastornos depresivos y bipolares (particularmente los trastornos depresivos) entre los individuos con bulimia nerviosa.

 

También está elevada la frecuencia de los síntomas de ansiedad (p. ej., miedo a las situaciones sociales) y los trastornos de ansiedad. Estas alteraciones del estado de ánimo y de la ansiedad remiten con frecuencia después del tratamiento eficaz de la bulimia nerviosa.

 

Por otro lado, la prevalencia del consumo de sustancias, particularmente del consumo de alcohol o de estimulantes, es de al menos el 30 % entre los individuos con bulimia nerviosa. Mientras que un porcentaje sustancial de individuos con bulimia nerviosa también presenta características de la personalidad que cumplen los criterios de uno o varios trastornos de la personalidad, siendo el más frecuente el trastorno de la personalidad límite

 

 

Tratamiento de la bulimia

 

 

Para la bulimia nerviosa, el tratamiento de elección es la terapia cognitivo-conductual (TCC). Es eficaz en el 50 por 100 de los casos y consigue sus efectos más rápidamente que la terapia interpersonal. Los fármacos antidepresivos producen una disminución en la frecuencia de los atracones y las purgas y una mejora en el estado de ánimo; sin embargo, su efecto no es tan relevante como el que se obtiene con la terapia cognitivo-conductual y en el seguimiento no se mantienen sus resultados (Fairburn y Harrison, 2003).

 

La TCC además de mejorar los atracones y las purgas, también modifica la tendencia a hacer dietas extremas y las actitudes hacia el peso y la figura, así como otros síntomas de psicopatologías asociadas como: depresión, baja autoestima, deterioro en el funcionamiento social, y conductas típicas de trastornos de personalidad.

 

 

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