El trastorno por consumo de cafeína consiste en un patrón desadaptativo de consumo de la sustancia que conlleva un deterioro o malestar clínicamente significativos, expresado por la presencia de cinco o más signos o síntomas que se desarrollan durante o poco después del consumo de cafeína: agitación, nerviosismo, excitación, insomnio, rubor facial, diuresis y molestias gastrointestinales, y pueden aparecer a dosis bajas (p. ej., 200 mg) en los individuos vulnerables, como los niños, los ancianos o las personas que no han sido expuestas a la cafeína previamente.
La intoxicación por cafeína consiste en un consumo reciente de cafeína (habitualmente una dosis que supera ampliamente los 250 mg), generando:
Los signos o síntomas provocan un malestar clínicamente significativo o deterioro
en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
Los síntomas que generalmente aparecen con niveles de más de 1 g al día son: espasmos musculares, divagaciones del pensamiento y del habla, taquicardia o arritmia cardíaca, períodos de infatigabilidad y agitación psicomotora. La intoxicación por cafeína puede no ocurrir a pesar de un alto consumo de cafeína debido al desarrollo de la tolerancia a la sustancia.
En consonancia con la vida media de la cafeína de aproximadamente 4-6 horas, los síntomas de intoxicación por cafeína remiten generalmente dentro de los primeros días y no tienen ninguna consecuencia duradera conocida. Sin embargo, las personas que consumen altas dosis de cafeína (por ejemplo, 5 a 10 g) pueden requerir atención médica inmediata, ya que dichas dosis pueden ser letales.
Con la edad, los individuos tienden a tener reacciones cada vez más intensas a la cafeína, con mayores quejas de interferencia con el sueño o sentimientos de hiperactivación. Se ha observado una intoxicación por cafeína en las personas jóvenes tras el consumo de productos de alto contenido en cafeína, incluyendo las bebidas energéticas. Los niños y los adolescentes pueden tener mayor riesgo de intoxicación debido a su bajo peso, a la falta de tolerancia y al escaso conocimiento sobre los efectos farmacológicos de la cafeína.
La característica esencial de la abstinencia de cafeína es la presencia de un síndrome de abstinencia característico que se desarrolla después del cese abrupto (o la reducción sustancial) de la ingesta diaria y prolongada de cafeína. . El síndrome de abstinencia de cafeína se caracteriza por tres o más de los siguientes:
El dolor de cabeza es el rasgo distintivo de la abstinencia de cafeína y puede tener un desarrollo difuso y gradual, palpitante, intenso y sensible al movimiento.
Debido a que la ingesta de cafeína a menudo está integrada en las costumbres sociales y en los rituales cotidianos (p. ej., la pausa para el café, la hora del té), algunos consumidores de cafeína pueden no ser conscientes de su dependencia física de la cafeína. Por lo tanto, los síntomas de abstinencia podrían ser inesperados y se les podría atribuir erróneamente a otras causas (p. ej., una gripe, una migraña).
Los síntomas comienzan generalmente 12-24 horas después de la última dosis de cafeína y presentan el pico máximo después de 1-2 días de abstinencia. Dichos síntomas duran de 2 a 9 días, con la posibilidad de sufrir dolores de cabeza que aparecen durante un máximo de 21 días. Además, los síntomas generalmente remiten rápidamente (en 30-60 minutos) tras retomar la ingesta de cafeína.
La gravedad de los síntomas de abstinencia de cafeína puede variar desde leve hasta extrema, y a veces causa un deterioro funcional en las actividades diarias normales. Ejemplos de deterioro funcional pueden ser dificultad para trabajar, hacer ejercicio o cuidar de los hijos, quedarse en la cama todo el día, no asistir a los actos religiosos, terminar unas vacaciones antes de lo esperado, y cancelar una reunión social. Los dolores de cabeza de la abstinencia de cafeína suelen ser descritos por las personas como "los peores dolores de cabeza" jamás experimentados.
La abstinencia de cafeína se asocia con el trastorno depresivo mayor, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico, el trastorno de la personalidad antisocial en los adultos, el trastorno por consumo de alcohol de intensidad moderada a grave, y el consumo de cannabis y cocaína.
El tratamiento de la adicción a la cafeína persigue una serie de objetivos enumerados a continuación:
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