La disfunción sexual masculina más frecuente es la eyaculación precoz (Hellstrom y colaboradores, 2006). La eyaculación precoz (EP) consiste en un patrón de eyaculaciones rápidas (menos de dos minutos) combinadas con la incapacidad del hombre para controlar consistentemente su satisfacción o la de su pareja cuando él tiene un orgasmo.
Diversos autores han indicado que el orgasmo prematuro puede producirse a partir de niveles altos de ansiedad (Kaplan, 1974; Masters y Johnson, 1970; Williams, 1984; Zilbergeld, 1992). Los niveles altos de ansiedad provocan distracción durante el acto sexual a través de pensamientos relacionados con el rendimiento o la adecuación. Estas distracciones, que pueden ser el efecto de la ansiedad, impiden tomar conciencia de las sensaciones que indican la proximidad del umbral del orgasmo impidiendo el control sobre el mismo. Es por esta razón que la ansiedad es un elemento central en el tratamiento de la EP. El tratamiento se focaliza en la ansiedad ya que es la base que sostiene la disfunción.
Muchos varones con eyaculación prematura (precoz) se quejan de falta de control sobre la eyaculación y refieren aprensión al anticipar su incapacidad para retrasar la eyaculación en los encuentros sexuales futuros. La clasificación actual de la EP resume en tres tipologías diferentes:
Como la inmensa mayoría de las disfunciones sexuales, la EP tiene una etiología o causa multifactorial. Es decir, podemos resumir en dos grupos los factores que generan eyaculación prematura: los factores psicológicos y los factores biológicos u orgánicos (enfermedades, sustancias y drogas, lesiones, etc.)
Algunos de los factores psicológicos que predisponen a la eyaculación precoz son:
La EP primaria y secundaria puede ser causada por motivos orgánicos y/o neurobiológicos:
Técnica conductual del apretón
El tratamiento de la eyaculación prematura engloba un conjunto de técnicas orientadas a conseguir los siguientes objetivos:
Para ello, se emplean técnicas que practica el paciente de forma individual y, otro conjunto de técnicas, en pareja. Es fundamental para el tratamiento incluir a la pareja, aunque con frecuencia el paciente no no quiere por miedo o vergüenza; también es común que sea la pareja quién no quiera participar y lo culpabilice del trastorno.
Entre las técnicas empleadas para tratar la eyaculación prematura están:
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