Pedir perdón y saber perdonar son dos habilidades sociales de suma importancia para cualquier persona y para sus relaciones interpersonales, que pueden practicarse, aprenderse y perfeccionarse. Ambas habilidades suponen aprender a manejar y gestionar algunas emociones (como la culpa o la vergüenza) y exponernos abiertamente ante otras personas.
Cuando el proceso de perdonar se produce de forma adecuada se tienden a modificar los sentimientos hacia la persona que nos ha hecho daño, y, en consecuencia, las conductas dirigidas a hacer daño a la otra persona.
Pedir perdón comienza por analizar lo sucedido, las circunstancias, los motivos y emociones que han concurrido en el daño que hemos hecho y de los efectos que hemos causado; un segundo paso implicaría pedir un perdón "real" y honesto; un tercer paso, supondría ser coherentes con nuestras sucesivas acciones comprendidas en un plan concreto que impidan que vuelva a ocurrir lo que hicimos y que restituyan el daño.
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