Con frecuencia, la figura del psicólogo se encuentra frente a una terapia de pareja en la que surgen dudas acerca de cómo abordar los conflictos. La pareja se ve desesperada y sin herramientas con que afrontar algunos de los problemas, y a menudo discuten en torno al problema (afrontamiento centrado en el problema y su definición) en lugar de buscar posibles soluciones (afrontamiento centrado en la negociación y las soluciones).
En la relación de pareja es fundamental que ambos miembros aprendan a transmitir y recibir las críticas y los sentimientos negativos de una forma que contribuya a la solución de los problemas más que a la generación de los mismos.
Una adecuada transmisión de estos sentimientos implica expresar de forma directa lo que sentimos, tratando de evitar un estilo agresivo o sumiso y expresando los sentimientos lo antes posible evitando los extremos (la absoluta inmediatez - más aún si la emoción es intensa - o la ocultación perpetua). A esta sugerencia, podríamos añadir otras como:
Si resulta importante que el interlocutor sepa transmitir los sentimientos negativos, no menos importante es que la otra persona (es decir, el receptor) sea capaz de recibir adecuadamente los sentimientos negativos. Para ello es importante que:
Es importante comprender dentro de una relación que nunca nos será agradable recibir un sentimiento negativo de nuestra pareja, pero que a la larga si incrementamos la probabilidad de que esa emoción no se reconvierta en un malestar cronificado, dando lugar a otros problemas.
Por otro lado, si queremos fomentar la confianza y la manifestación de los problemas (en lugar de su ocultación) por parte de nuestra pareja o de nosotros mismos, escuchar y ser escuchados es fundamental. Si lo analizamos, saber transmitir lo que no nos gusta y saber recibirlo ahorrará a la relación una gran cantidad de problemas, fruto del distanciamiento que genera la sensación de no poder mostrar a nuestra pareja un conflicto.
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