Si pensamos en una relación de pareja, sea ésta disfuncional o no, conflictiva o no; lo que parece claro es que no podemos desligar el concepto de relación de otros conceptos como emoción, unión, intimidad, compromiso, sexualidad, etc. Uno de los puntos que me gustaría repasar en este artículo es el papel de la emoción y la intimidad en las relaciones de pareja, dada la relevancia que tiene en el funcionamiento de una relación.
La no expresión de nuestros sentimientos y emociones en la relación da lugar a multitud de conflictos. Las parejas, en terapia, deben comprender que dicha expresión es una forma de:
Otro de los conceptos importantes en la relación de pareja es el de intimidad.
La intimidad es la capacidad para ponernos en el lugar del otro, de empatizar con sus emociones y sentimientos o con sus motivaciones y tomar contacto con todo eso.
Revisando la bibliografía, los autores parecen definir más o menos áreas o facetas de la intimidad en la pareja, que voy a resumir en once:
Como podéis imaginar, todas estas áreas implican distintos aspectos de la vida de una persona, y muy a menudo suponen un conflicto en la pareja. ¿Comprendo las creencias religiosas de mi pareja? ¿Las respeto y acepto? ¿Comprendo que pueda tener un concepto distinto al mío respecto a la convivencia? ¿Tolero que estéticamente se vista, peine, cuide, de una determinada manera? ¿Entiendo su forma de divertirse? ¿Entiendo que no siempre tenga que compartir conmigo su ocio? En definitiva, ¿acepto quién es? ¿O quiero a otra persona?
La intimidad implica todo esto: comprender y aceptar al otro, por supuesto, sin olvidarte de tu propia intimidad, de tus necesidades y deseos. Cuidar del otro implica también cuidar de uno y desatenderte a ti mismo para cuidar de la otra persona no es un buen ejemplo de autocuidado. Por no decir que suele generar aún más conflictos…
|
|
|